
El brunch que estabas esperando
Todo el mundo falla, tienes días buenos y días malos, es lo normal. Pero cuando la cagas justo antes de un gran momento, puede ser un fracaso estrepitoso.
Hablando el otro día con Carlos, me estuvo contando una historia que le pasó durante la etapa que hizo el stage en DiverXO con Dabiz Muñoz.
En el día a día de una cocina así, vas a mil por hora, y es normal. El estrés que tienen las altas cocinas es brutal. Muchos de los chavales que llegan allí con sus ojos de cachorro acristalados, en una semana quieren tirar el delantal y pegar puerta. Porque no, no todo el mundo aguanta el ritmo que hay en una cocina de estrella Michelin.
Entre los cientos de preparados que se deben elaborar, en muchas ocasiones hay alguna reducción que estuvo horas y horas en los fogones, hasta llegar al punto óptimo esperado por parte del chef.
Esa reducción no es un caldo de pescado que puedes hacer tú en tu casa, o que tiene de normal cualquier restaurante en sus fuegos. Esa reducción es tan especial, que es la esencia del plato. Es el elemento que combina todos los ingredientes y preparados que se posan sobre la superficie del mismo.
Sabiendo esto, el día que a Carlos se le cayó la olla con la reducción justo antes del servicio, no quieres saber cómo se pusieron las cosas.
Carlos aprendió lo que significa estar allí, estar en la cumbre de la alta cocina. No solo en DiverXO, sino en más de 5 restaurantes con estrella Michelin como Atrio, Celler de Can Roca o Zuberoa, por nombrar algunos. Todos exigen lo mejor, y tienes que serlo para poder acceder.
Por eso, no debes preocuparte por tu evento, toda la experiencia acumulada por Carlos garantiza el éxito. Eso, y también el hecho de que solo atendemos 5 eventos al mes para poder dedicar toda nuestra atención a ello. ¿Será el tuyo uno de ellos?
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